Desde su creación en 2008, el “Fondo Amazonía” ha financiado 103 proyectos para la preservación de un ecosistema que contiene el calentamiento global y Noruega ha donado cerca de 1.200 millones de dólares.
La política medioambiental del Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, por la deforestación de la Amazonía está dejando graves consecuencias.
Noruega, el mayor donante del “Fondo Amazonía”, congeló su aporte de 33 millones de dólares al gobierno de Brasil “por no querer detener la deforestación”.
Esta decisión se suma a la tomada por Alemania, quien ya suspendió su ayuda económica por la misma razón.
El “Fondo Amazonía” es el mecanismo de cooperación internacional que más recursos ha aportado para reducir los gases de efecto invernadero por la deforestación de la Amazonía, pero Noruega decidió dejar de ser parte después de que el Gobierno brasileño introdujera cambios de forma unilateral en la gestión del fondo.
Noruega le reprocha a Brasil, que alberga más del 60% de la selva amazónica, haber “roto el acuerdo” alcanzado con los donantes.
Desde su creación en 2008, el “Fondo Amazonía” ha financiado 103 proyectos para la preservación de un ecosistema que contiene el calentamiento global. Noruega ha donado cerca de 1.200 millones de dólares (el 94%) y Alemania, cerca de 68 millones (el 5%).
Durante los últimos años, ambos países trataron de negociar con el Gobierno del ultraderechista su intención de realizar cambios en la gestión del Fondo, que es administrado por un banco público brasileño, pero no hubo buena acogida.
Como era de esperar, a Bolsonaro no le pareció en lo absoluto este corte de financiamiento por parte de Noruega y respondió de una forma no muy diplomática: “Tengo un mensaje para la querida Angela Merkel: toma tu dinero y reforesta Alemania. Lo necesitas mucho más allí que aquí”, y añadió: “¿No es Noruega la que mata ballenas en el Polo Norte? (…) Tomen el dinero y ayuden a Merkel a reforestar Alemania. Ninguno tienen moral para dar ejemplos”.
Bolsonaro criticó la intromisión de otros países en temas medioambientales y los acusó de hacer “campaña contra Brasil” y de estar interesados en la riqueza de Brasil.