Sandra Cabrera fue baleada de muerte tras denunciar la corrupción de las fuerzas policiales y su complicidad en la trata de personas y en el cobro de coimas a trabajadoras sexuales
Familiares y ex compañeras de Sandra Cabrera, ex miembro de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR) y militante por los derechos de las trabajadoras sexuales, realizan homenajes para recordarla a 17 años de su asesinato.
En este marco, asistieron esta mañana al Cementerio La Piedad, donde descansan sus restos; y a partir de las 18 hs, realizarán un recorrido por los lugares que solía transitar, partiendo de Santa Fe y Cafferata.
Sandra era de origen sanjuanino. Ejercía la prostitución y luchaba por el reconocimiento del trabajo sexual y la adquisición de derechos laborales. Su militancia la llevó a ser secretaria general de la filial Rosario de AMMAR.
Sus compañeras la celebran como una férrea militante: “Era muy solidaria con todas las compañeras. Si bien era muy enojona siempre estuvo presente ayudándolas en lo que podía. Dentro de la CTA, no sólo se preocupó por instruirlas en sus derechos y en prevención sanitaria y sexual, sino también en ayudarlas con mercadería o haciéndoles los trámites para el Plan Jefes y Jefas de hogar“, recuerda Jorgelina Sosa, de la CTAA Capital.
Las amenazas
Sandra comenzó a hacerse conocida tras denunciar la corrupción de las fuerzas policiales y su connivencia con redes de trata y recepción de coimas: “Sandra denunció no sólo las coimas a las compañeras sino también las coimas a los prostíbulos donde había menores involucradas. Era allí donde más recaudaban“, relata Sosa.
Como consecuencia, comenzó a recibir amenazas provenientes de miembros de la fuerza. Temiendo por su integridad y la de su familia, en 2003 denunció los aprietes ante la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). ATE derivó las denuncias a la Justicia y a la policía, que le asignó custodia policial personal.
No obstante, las amenazas no cesaron, y en diciembre de 2003 Sandra fuera atacada y golpeada dentro de su casa, con la custodia policial en la puerta. Como si esto fuera poco, en enero del año siguiente, resolvieron retirarle la custodia por completo.
El asesinato de Sandra Cabrera
El 27 de enero de 2004 Sandra murió tras recibir un balazo en la nuca, en Iriondo al 600, cerca de la Terminal de Ómnibus de la ciudad. Tenía 33 años.
El crimen continúa impune, puesto que el único imputado, el oficial inspector de la Policía Federal de Rosario Diego Parvlusik, fue sobreseído en 2007 por falta de mérito.
Tras su asesinato, el gobierno de la provincia disolvió la sección Moralidad Pública de la Policía y derogó, en 2010, los artículos del Código de Faltas que penalizaban a la prostitución. Avances por los que Sandra peleó hasta el día de su muerte.
La lucha continúa
Sin embargo, las referentes del gremio AMMAR sostienen que el sector que nuclea a las trabajadoras sexuales aún vive momentos difíciles.
Estigma, violencia institucional y feminización de la pobreza, son solo algunas de las cuestiones contra las que siguen batallando. A esto debe sumarse el riesgo que conlleva diariamente permanecer por la noche en las calles de la ciudad.
Es que si bien el trabajo sexual no es ilegal en nuestro país, tampoco está regulado. Esto implica no sólo la ausencia de derechos laborales para quienes ejercen la prostitución, sino una desprotección de parcial a total en planos de la seguridad, la salud y la asistencia social.
En este hilo, sólo AMMAR registra a unas 400 trabajadoras sexuales afiliadas; la mayoría madres y jefas de familia en situación de vulnerabilidad, cuya única fuente de ingresos es la prostitución.
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