La cosificación deshumaniza a las mujeres y las muestra como objetos no pensantes que pueden ser expuestas, explotadas y utilizadas como se desee.
Qué linda estás… no comas eso que te pones gorda… ese vestido no va… te marca las costillas… te veo muy bien, ¿has adelgazado?…no te va a entrar la ropa… qué flaca estás… ¡a ver si comes más!… “
Este es el bombardeo de mensajes que las mujeres reciben sobre su cuerpo continuamente. Y desde muy, muy pequeñas.
Una de las primeras veces que recuerdo haber sido consciente de la importancia de mi cuerpo fue un día en casa de mis tíos.
No recuerdo bien la edad, pero debía rondar los 10-11 años, había ido con mis padres a pasar la tarde y estaba yo jugando en un salón donde estaban mis tías y mi madre reunidas.
En un momento salí de la habitación y escuche cómo mi tía le decía a mi madre que yo estaba gorda.
Mi madre respondió diciendo que no era así. No recuerdo cómo terminó la conversación pero lo que no se me olvida es la consciencia que tomé, de pronto, de mi cuerpo.
Creo que fue de las primeras veces que miré mi cuerpo con desagrado y que me hicieron ver que “estar gorda” era algo malo.
Realmente hoy de adulta, con mis 32 años, no sé si estaba realmente gorda, ahora que te lo cuento me pongo a pensar sobre esa escena, no estoy segura de ser “gorda”… tal vez me lo creí?
Si sé que esa situación me marco la vida social, nunca más fui la misma chica.
Empecé a “controlar” todo lo que comía, no quería verme y sentirme en esas palabras que me coloco mi tía esa noche, fue mi duro para mi.
Recuerdo llorar en las noches y sentirme diferente a mis amigas, ellas si podían mantener un cuerpo esbelto y al parecer a mí no me sucedía eso.
Era un horror y sigue siendo la relación que tengo con el espejo, que voy a encontrar allí?… la misma “gordita” que aquella noche descubrí que era.
Sabes que es desgastante a veces “controlar” todos los bocados?.
Siento que todo esto no va para más, tengo que tomar una decisión sobre cómo vivir esta “lucha” que tengo conmigo misma, con el bocado, con mi imagen!… todo se hace cuesta arriba”.
Como las palabras en la niñez “construyen o destruyen” la infancia.
Las mujeres parece ser que siempre estamos en “lucha” con nosotras mismas.
Que sienten cuando leen estas preguntas?. Las leo.