El letrado Daniel Botello consideró que la exempleada optó por “aprovecharse del parentesco con Messi” y “obtener una ventaja económica”.
osé Roccuzzo, el suegro de Lionel Messi fue condenado ayer a pagar dos millones de pesos a una exempleada que lo denunció por acoso laboral. La mujer trabajó 20 años en el supermercado de Lavalle 2500, propiedad del padre de Antonella. El abogado del supermercadista, Daniel Botello, confirmó hoy que ya apelaron el fallo dictado por la jueza Susana Perkins al que consideraron “arbitrario, injusto y tendencioso”.
Botello advirtió que “la demandante se ha fundado en el parentesco de uno de los titulares con Lionel Messi, se ha aprovechado esta situación para darle imagen pública a esta cuestión, seguramente que si la empresa era de Juan Pérez no hubiera tenido tal repercusión”.
En declaraciones al programa “Procopio 830” de La Ocho, Botello afirmó que las condiciones de trabajo no eran desfavorables. “La sentencia es arbitraria e injusta, e inclina la balanza de manera artificial a favor de la empleada y no por lo que hay en el expediente. La empleada en lugar de seguir trabajando en la empresa, no sé si por consejo de terceros, o por decisión propia, optó por tener una ventaja económica”.
“En realidad el cambio de tarea que se le dispuso fue en beneficio de la trabajadora, con reducción de horario, conservando la misma remuneración, incorporándose a una tarea de responsabilidad que tenía que desempeñar al lado de uno de los titulares de la empresa”, enumeró el letrado.
Asimismo, reveló que “todo fue confirmado por los testigos y quedó registrado en el expediente”, y añadió que la jueza para dictar sentencia se basó en otro testimonio y “desechó unos seis testimonios favorables a la empresa demandada”.
“Resulta que la magistrada tomó como veraz la declaración testimonial de una exempleada que había renunciado a la empresa antes de que esta mujer se haya dado por despedida, con lo cual esa testigo no puede conocer de manera presencial y directa lo que sucedió en esos ochos meses”, detalló.
Además remarcó que el empleador no tiene que consensuar el cambio de horario con el trabajador. “Ese es uno de los errores de la sentencia, ya que el derecho laboral argentino resuelve para el empleador una facultad de dirección y de organizar el trabajo en la que, sin perjudicar, al trabajador ni material ni moralmente, puede disponer de realizar modificaciones” , describió.
“Se le redujo el horario, se la privilegió en la tarea, se le mantuvo la remuneración, en parte del horario se le permitía trasladarse a su domicilio distante a 40 metros del lugar de trabajo”, insistió.
“Todo eso la jueza lo consideró como violación al deber de ocupación, esto es realmente tendencioso y arbitrario e injusto de parte del juzgado”, afirmó el abogado, y agregó: “No buscamos periodismo, ni repercusión pública, solamente litigamos y creemos en la buena justicia, por eso vamos a la Cámara de Apelación”.
Por último, indicó una cuestión técnica del fallo que, según su consideración, también perjudica a su cliente. “Solicitamos un pedido de sustitución de la medida de embargo, porque el juzgado con las características que le ha dado a la sentencia, otorgó un embargo sobre fondos líquidos de la empresa por un 1.900.000 pesos -detalló-. Esto es algo muy difícil que pase ya que se trata de una medida de cautela si es que el litigio es favorable, pero en este caso todavía falta la apelación”.
“Estamos hablando de condenar a una pyme a que pague en efectivo dos millones de pesos, eso implicaría que se cumpla la sentencia de primera instancia sin que se respete la etapa de apelación”, finalizó.