Ayer hubo una reunión de sorpresa, para destrabar el conflicto en la Confederación General del Trabajo (CGT) y elegir nuevas autoridades. Y es que el líder del gremio de Comercio, Armando Cavalieri solicitó que se postergue la designación de la nueva conducción cegetista y se prorrogue el mandato de este cúpula al menos seis meses y con posibilidad extenderlo por un año más. De todos modos, el referente mercantil, aceptó que Cristian Jerónimo (Trabajadores del Vidrio), forme parte de la conducción cegetista y Jorge Sola (Seguros), pero a continuar negociando para que haya consenso en todos los sectores.
A su vez, la tercera pata de la central obrera sería la mano derecha de Hugo Moyano (Camioneros), Octavio Argüello, salvo que el líder histórico de este gremio, acepte que ese lugar lo ocupe algún dirigente barrionuevista y preservar la unidad.
“Hoy hay un 80% que está cerrado”, sostuvo un referente sindical a Infobae, que sabe lo que se conversó y aseguró además que Cavalieri flexibilizó su postura. Y es que como se dijo previamente, el líder del gremio de Comercio y Luis Barrionuevo (Gastronómicos), querían frenar el proceso para elegir nuevas autoridades y que la conducción actual continúe por al menos seis meses más y posibilidad de extenderlo un año más, argumentando que “hace falta una dirigencia más fogueada y para pelear contra la reforma laboral del Gobierno y no un triunvirato sin experiencia para semejante batalla”.

El cambio de postura de Cavalieri, sucedió ayer luego de la reunión que mantuvo con el titular de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), Gerardo Martínez, donde se llegó a un acuerdo para que Jerónimo y Sola sean la conducción de movimiento obrero, además confirmó que él (Cavalieri) va a volver a ocupar la secretaria de Relaciones Institucionales de la central obrera (desde el 2021, el puesto lo ocupa José González).
El desafío de la nueva CGT
Previo al líder mercantil, quién se alejó de la iniciativa para suspender la elección fue el propio Daer, quién le transmitió a Cavalieri y Luis Barrionuevo que no estaba de acuerdo con suspender el proceso para elegir nuevas autoridades porque ese movimiento significaría la ruptura total del movimiento obrero, y además subrayó que el (Daer) no quiere continuar al mando de la CGT: “di mi palabra de que no voy a seguir más al frente del movimiento obrero y lo voy a cumplir”.
Así se termina una jugada que amagaba con romper de forma total al movimiento obrero, pero Barrionuevo no cambia de opinión junto a sus nuevos aliados Mario Calegari (Unión Tranviarios Automotor-UTA) y Omar Maturano (La Fraternidad). “Si hay congreso de la CGT, iremos con lista propia”, sostuvieron a este mismo portal (Infobae) allegados al líder gastronómico.

Por su parte, muchos dirigentes sindicales no quieren a Jerónimo porque viene de un gremio que ellos consideran “chico”, más allá de que cuenta con 16.000 mil afiliados, y en el pasado, cercano a Pablo Moyano. Y es que le atribuyen la toma del edificio de la UTA por parte de los opositores a su titular, Roberto Fernández, en diciembre del 2019, que además contó con el apoyo del hijo mayor del líder del gremio de Camioneros.
Pero, lo que más le inquieta, a los “gordos”, y a aquellos que responden a Barrionuevo, es que Jerónimo es el alfil de Gerardo Martínez, y temen que este (Jerónimo) podría virar hacia una central obrera más dialoguista con el Gobierno de Javier Milei.
De todos modos, este argumento pierde peso, ya que el titular del gremio del Vidrio, cuenta con el apoyo de otras dos figuras de peso del movimiento obrero; Andrés Rodríguez (Unión Personal Civil de la Nación-UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). Además de Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), un referente sindical de perfil combativo.
Además, en estas últimas semanas, Jerónimo recibió el apoyo de 40 gremios de distintos sectores internos e ideología política, entre ellos los ex pablomoyanistas, dialoguistas y kirchneristas.
El rol de Hugo Moyano
En ese punto, Hugo Moyano juega un papel moderado, ya que cada facción cuenta con su respaldo, pero él (Hugo Moyano) insiste en que su rol es “equilibrar para garantizar la unidad”, según lo que expresó hace unos días ante sus colegas de la Confederación de Trabajadores de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (CATHEDA).
Sin duda que este mensaje se interpretó como un gesto hacia Argüello y continúe en el futuro triunvirato cegetista, una opción que resistían algunos líderes sindicales, ya que iba a ser interpretado como una señal contraria a la renovación de la central obrera, pero hoy es probable que la mano derecha de Moyano continúe en el nuevo triunviro cegetista.

Hay que decir que todas estas idas y vueltas se dan faltando pocas horas de que el congreso de la CGT, citado para este miércoles, a partir de las 9 de la mañana en el Estadio de Obras Sanitarias, delibere para designar a los 50 dirigentes que integrarán el Consejo Directivo con mandato hasta el 2029.
Por último, hay más de 2.000 mil congresales confirmados hasta ahora que pertenecen a unos 200 gremios confederados. Resta cerrar el acuerdo interno para que haya una nueva CGT, donde se perfila un cierto grado de renovación interna, y tenga su primer desafío: frenar la reforma laboral que impulsa el Gobierno de Javier Milei.


