Como se dijo anteriormente, ayer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC), reveló que la pobreza en el primer semestre del año fue de un 31,6%, cuando en el mismo período del año pasado, la misma (pobreza) fue de un 52,9%. Mientras que la indigencia, que es una subcategoría de la pobreza, arribó al 6,9%. Ante este panorama, en el país hay alrededor de 15 millones de pobres, de los cuáles 3 millones son indigentes.
De este modo, es el número más bajo, desde el año 2018. Y a su vez, lo que significa que hay 4,5 millones menos de pobres que a fines del 2023. Hay que decir que ese año, la medición registró 27,3% en el segundo semestre, aunque el 25,7% del primer semestre de este año (2023) continúa estando por debajo del porcentaje que se informó ayer.
Y es que el INDEC, sostuvo que la baja de la pobreza se debe al descenso de la inflación, que en diciembre del 2023, cuando asumió Javier Milei fue de un 25,5%, y a partir de ahí comenzó a caer hasta el 1,9% de agosto último. Y el Índice de Precios al Consumidor (IPC) reveló un 211% en el 2023, 117% en 2024 y para este año se perfila para cerrar en un 30%.
Por otro lado, la pobreza en el segundo semestre del año pasado dio un 38,1%, la indigencia en aquella oportunidad descendió a un 8,2%. Si lo comparamos con el período anterior, hubo una retracción del 6,5 puntos porcentuales y de 1,3 puntos porcentuales, respectivamente.
¿Cómo mide el INDEC?
Debemos decir que el INDEC toma de referencia la Canasta Básica Total (CBT), que mide el ingreso que de tener una familia tipo para no ser pobre. Y la indigencia mide la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que establece los ingresos mínimos para poder comer.
Ya desde el 2024, estas dos canastas vienen subiendo menos que la inflación. Y aquí el factor predominante es lo que viene sucediendo con los precios de los alimentos, que son el componente más importante en estas dos canastas. Entre tanto, en el 2023, estas mismas (canastas), aumentaron un 255% por encima de la inflación, y que derivó en que la pobreza de ese año (2023) sea de un 41,7%. Y ante una inflación galopante, las familias comenzaron a stockearse, para evitar las remarcaciones, lo que generó más consumo y más suba en los precios.
Sin embargo, el año pasado, el consumo cayó abruptamente y los precios no bajaron, sino que aumentaron un 94%. Es decir, caída de consumo, aumentos de precios que continúan y una recesión que parece no detenerse.
Hay que decir que el INDEC mide los ingresos de las familias contra los costos de las canastas, y aquí lo que influye en la baja de la pobreza, es el aumento de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que según la información oficial se incrementó un 150% desde que asumió Javier Milei.
De algún modo, esto ayudó a compensar la caída de los salarios, que durante los primeros meses del 2024, fueron en picada, luego hubo una tenue recuperación en la segunda parte de ese año y ahora volvieron a caerse.
Los datos de las Consultoras Privadas
En sí, los datos del INDEC coinciden con los números que dio la Universidad Torcuato Di Tella y CEDLAS. Antes de que se publiquen los datos oficiales, las Consultoras Privadas estimaron una baja de la pobreza para el primer semestre de este año en un 31,6%. En ese sentido, ahí se centró la mejora en la pobreza, ya que en el segundo trimestre de este año, la actividad económica sigue en baja.
Por otro lado, el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) indican que la baja de la pobreza, es una buena noticia, aunque explican que “en contextos de alta volatilidad, tanto por fuertes incrementos en los precios como ante la desaceleración inflacionaria, la medición de la pobreza por ingresos tiende a ser menos precisa. Un análisis más cuidadoso de la serie estadística oficial sugiere que, aunque la caída de la pobreza es real, su magnitud se encuentra sobrerrpresentada”. Y es que, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA hace una crítica al INDEC, al decir que usa canastas cuyos componentes están desactualizados, y en aquellos hogares pobres, generalmente se tienden a subdeclarar ingresos. Pero, los parámetros de la medición son los mismos con los que reveló un 52,9% de pobreza el año pasado.
Si desglosamos las regiones, la pobreza es de un 31,5% en el AMBA; 15,1% en la Ciudad de Buenos Aires y 35,3% en el Gran Buenos Aires (GBA). En Cuyo fue de un 33,8%, en el Noreste fue de un 39%, en el Noroeste fue de un 31,2%, en la Región Pampeana fue de un 30,5% y en la Patagonia fue de un 27%.
Más datos
La Consultora LCG, informa que “la mejora fue generalizada en todo el país, pero en el Conurbano fue más acotada que en el resto de las Regiones: sigue mostrando las tasas más altas de pobreza (35,3%) y concentra prácticamente la mitad de los pobres del país”.
De todos modos, manifiestan que “la incidencia de la pobreza en los menores de 14 años siguió siendo mayos que en el promedio, pero perforó el umbral del 50% ubicándose en un 45,5%, nivel comparable a los de 2016-2018”.
Todas las Consultoras Privadas, coinciden en que va a ser muy complicado bajar de la barrera del 30%, ya que en los menos venideros, el descenso de la inflación irá mermando. Y lo que se refleja es que las familias argentinas continúan están muy mal, ya que sigue profundizándose la recesión.
Y más allá de las mejoras, LCG destaca que “el ingreso familiar promedio de los hogares pobres sigue cubriendo apenas el 63% de la Canasta Básica Total, mismo porcentaje que al cierre del 2024, reflejando nuevamente que los pobres siguen siendo igual de pobres”.
Por último, anticipan que “la inflación estancada en torno al 2%, salarios formales con paritarias homologadas con aumentos topeados en 1% y la actividad muy débil (-1,5% en los últimos 5 meses), hacen pensar que la continuidad en la mejora de los indicadores sociales podría haber encontrado un freno”.