Una columna de más de tres cuadras marchó por la ciudad, encabezada por los padres de la mujer desaparecida. Alberto no usa más chaleco
“Esta gente es la que quiere saber qué hicieron con Paula. No lo logramos. ¿Dónde están nuestros derechos? Entiendo los de la jueza, de los imputados, ¿y los míos?” La pregunta sin respuesta de Alberto Perassi resumió el espíritu de la marcha masiva que tuvo lugar ayer, la segunda luego de que el jueves 2 de mayo los nueve imputados por la desaparición de la mujer —cuatro civiles y cinco policías— quedaran absueltos y recuperaran su libertad.
Desafiando la lluvia sobre la región, los manifestantes partieron desde la sede de Gobernación de Rosario en colectivos, que luego irían recogiendo gente en el trayecto hasta el lugar de la concentración, donde se convocaron los vecinos de San Lorenzo. La cita fue en la emblemática esquina de los bancos (San Martín y Urquiza), convocada por la Multisectorial de Mujeres del Cordón Industrial y la Articulación Feminista y Multisectorial Justicia por Paula Perassi.
Con cánticos que recordaban a la mujer desaparecida y exigían “nunca más”, más de tres cuadras de cola dieron cuenta de la masividad de la convocatoria, mayor incluso que la del mismo 2 de mayo, cuando se conoció el fallo.
La columna fue encabezada por el padre de la joven desaparecida, que ya no usa chaleco ni va acompañado de custodia por decisión propia. “A partir de ahora, mi custodia es toda este gente que nos apoya”, dijo ayer.
Tras la lectura de un documento, fueron los padres de Paula, Alicia y Alberto, quienes en ese orden tomaron la palabra. Alicia fue muy breve (desde ya nunca había oficiado de oradora). Agradeció el apoyo de la gente y dijo que no tenía palabras para explicar el momento. A su turno, Alberto, además de interpelar a los poderes judicial y político, contó que el día del fallo, como su mujer se descompensó, fue él quien tuvo que enfrentar a sus nietos para explicarles cómo había terminado todo, en lo que fue uno de los momentos más emotivos de su discurso.
La marcha terminó con la gente fundiéndose en abrazos con los padres, muchos llorando, con una fuerte carga emocional.
Es que el cordón industrial se mostró desilusionado de la decisión del tribunal conformado por los jueces Griselda Strólogo, Alvaro Campos y Mariel Minetti. Pese a que en su exposición destacaron que terminó “el juicio contra los acusados, pero que lo que no puede ni debe terminar es la búsqueda de Paula Perassi y lo que paso con ella”. Una respuesta que todos esperaban que pudiera darse en ese recinto.
Alberto se muestra defraudado una vez más, y desnudó su valentía: sin chaleco ni un custodio, sigue militando firme con un discurso claro y devastador. Abraza a los vecinos que lo acompañan, y les repite: “Todos somos Paula”.
El caso Perassi vuelve a ser emblema de lucha y dolor y se hace carne en muchos que ya no pasarán indiferentes. La condena social, la menos manejable, está haciendo mella e intenta.