Newell’s llegó a una situación compleja por malas decisiones en la elección de los entrenadores y las incorporaciones.
Los desaciertos de la comisión directiva fueron el desencadenante de esta actualidad futbolística. Una serie de malas decisiones durante casi tres años de gestión derivó en que el equipo tenga el peor promedio para la temporada 2019/2020, con la reciente dolorosa eliminación de la Copa Superliga. Nunca se concretaron las consignas de campaña: un conocimiento acabado de fútbol y un proyecto de inferiores de avanzada. El margen de error se achicó y cualquier decisión equivocada será condenatoria. No es posible fallar en la elección del DT y en las incorporaciones. Es en estas dos cuestiones donde casi nunca se acertó.
La dirigencia, encabezada en un principio por Eduardo Bermúdez y ahora en la práctica por Cristian D’Amico, heredó los problemas económicos de la comisión que comandaba Jorge Riccobelli, en ejercicio de la presidencia por la licencia de Guillermo Lorente. No sólo que la actual CD no recibió un club saneado, sino que lo hizo con una deuda concursal que se generó durante el ciclo de Eduardo López. La cuestión de caja condicionó la conformación de los respectivos equipos. Pero las medidas adoptadas no dieron resultado.
No acertó con los DT
A partir de la renuncia de Diego Osella, que la actual comisión directiva mantuvo en el cargo ni bien asumió, no se encontró el técnico adecuado. Juan Manuel Llop volvió al club y se fue por los malos resultados. Omar De Felippe, precedido con mejor imagen, tampoco le encontró la vuelta y se alejó. Héctor Bidoglio cumplió una mejor campaña que los antecesores, pero no lo suficiente para que el equipo no quede comprometido con el descenso.
La designación de Bidoglio tuvo también su historia. Nombrado de manera interina por dos partidos, se lo confirmó en el cargo después de intentar con Sebastián Beccacece, Diego Cocca, Eduardo Domínguez y Mariano Soso.
El cargo está vacante. D’Amico manifestó que el interés está puesto en Heinze y Beccacece. Son dos nombres de peso y la llegada de cualquiera de ellos depende más que nada de la voluntad que tengan. En un segundo plano aparecen Ricardo Zielinski y Frank Kudelka. La designación del entrenador será fundamental. No existe ni un mínimo resquicio para errarle.
No fueron refuerzos
Newell’s incorporó 40 futbolistas entre julio de 2016 y la actualidad. Apenas se rescata a Maxi Rodríguez, que en realidad regresó por su voluntad, Mauro Formica, Alan Aguerre, Néstor Moiraghi y, en menor medida, Facundo Quignon y Luis Leal. Los demás fueron una decepción. Es cierto que el dinero no abunda, que la mayoría se sumó a préstamo, pero eso no implica que no haya responsabilidad por elegir mal y que los que llegaran no fueran superiores a los que ya estaban.
En los dos últimos mercados de pases es evidente que se incorporó mal. Hubo futbolistas que jugaron poco o nada: Iván Piris, Ribair Rodríguez, Zé Turbo, Angelo Gabrielli, Emanuel Biancucchi, Leandro Grimi, Nahuel Cisneros y Gastón Del Castillo.
Otros tuvieron más chance pero ninguno demostró que el puesto les pertenece: Teodoro Paredes, Alfio Oviedo, Cristian Insaurralde y Lisandro Alzugaray. Mariano Bíttolo es de todos el más regular, aunque se espera que rinda mejor.
El acierto fue la llegada de Aguerre, así como la adquisición de su pase. El retorno de Formica, con intermitencias pronunciadas y una baja respuesta física, sirvió para darle algo más de fútbol al equipo. No mucho tampoco. La vuelta de Maxi fue importante.
Los pibes no son salvación
Héctor Bidoglio fue contundente. Manifestó que hay que traer jugadores de jerarquía en todas las líneas, para fortalecer a los jóvenes del club. Es que después de lo observado en los últimos tiempos, con mayoría de pibes integrando la formación titular, es evidente que con ellos no alcanza. Algunos porque no tienen aptitudes y otros por una cuestión de carácter y actitud.
Más allá de que aparecen algunos futbolistas de abajo, que hay que llevar muy de a poco, como Aníbal Moreno y Francisco González, tampoco puede pasarse por alto que el proyecto de inferiores iniciado por esta comisión terminó de la peor manera, con el responsable Martín Mackey afuera del club después de dos años de trabajo.
El proyecto de que el equipo de primera sea integrado por futbolistas surgidos de la cantera se interrumpió antes de lo pensado, según cuentan porque Mackey no compartía la llegada de algunos refuerzos. Hoy el coordinador general es Enrique Borrelli.
El proceso de inferiores requiere tiempo y paciencia. Hoy es en donde menos urgencia hay. La premura pasa arriba, por la primera. Depende de la comisión directiva no fallar. El descenso acecha.
CD desmembrada
Bermúdez se postuló, con el caballito de batalla de que sabía de fútbol más que el resto de los aspirantes a la presidencia. Hoy se encuentra desplazado de la escena. Su primera medida, acertada, fue mantener en la conducción técnica a Diego Osella, para llegar a un promedio de 1,400 que les evite pensar en el descenso. Se estuvo cerca de ese índice. Pero en el medio comenzaron los problemas. El presidente tuvo conflictos con el plantel, incluido el DT, por atrasos salariales y eso desencadenó en la salida anticipada de Osella y la partida de Maxi Rodríguez.
La figura del presidente se fue desdibujando. Y de a poco se sucedieron las renuncias de dirigentes, por diversos motivos, en especial sobre la manera de conducir los destinos del club, dejando a la comisión directiva con apenas 9 integrantes. En realidad son muchos menos los que adoptan decisiones y ejecutan. Este resquebrajamiento de la CD también influye. La posibilidad de errar es mayor cuando el debate se reduce a unos pocos.
Con más de un año por delante para las nuevas elecciones, la suerte del equipo será decisiva para cualquier miembro de la actual comisión que tenga aspiraciones de ser presidente.
El juez y el fideicomiso
El juez Fabián Bellizia, responsable del paraguas judicial del club, le dio luz verde a la idea de conformar un fideicomiso para reforzar el plantel que le acercó la oposición. Esto no indica necesariamente que vaya a autorizar su creación, pero sí que tiene la predisposición de hacerlo una vez que se avance en el armado del mismo. El magistrado se reunió ayer al mediodía con Luis Facciano, uno de los referentes de la oposición, quien le acercó el proyecto del fideicomiso. Bellizia conocía algunas cuestiones y se interiorizó de otras. Está de acuerdo que no sea el administrador del mismo Ricardo Schneir, por incompatibilidad de funciones, ya que integra el órgano fiduciario de la deuda concursal. El fiduciario será BMR Negocios, del Banco Municipal. La idea seguirá avanzando y si hay acuerdo entre CD y oposición, y todo marcha bien, Bellizia no tendría problemas en autorizar el fideicomiso.