Todas las personas con baja autoestima son en su generalidad, hipercríticas consigo mismas, ya que exageran sus defectos e ignoran sus virtudes.
Desde esta mirada no son conscientes de todo el potencial que tienen como seres humanos únicos e irrepetibles.
La persona se focaliza en esta posición existencial al fijarse en exceso en lo que ha dejado un fracaso previo, o simplemente, busca la seguridad crónica en una zona de confort donde todo resulta previsible pero poco emocionante, además que puede proyectar esta inseguridad en el entorno profesional.
Al buscar esta zona de confort de un modo obsesivo, no asume retos importantes ya que el peso del miedo al fracaso es un freno tan importante como ese “no puedo”.
El inconveniente que presenta esta actitud lleva a la persona a creencias limitantes como “no tengo suerte” cuando en realidad, es ella misma la que se condiciona con una actitud negativa ante la realidad.
Por esta razón, para salir de este círculo de negatividad, es muy importante recordar que todo ser humano puede, por medio de su inteligencia, voluntad y creatividad, transformar las circunstancias externas gracias a la capacidad de resiliencia.
¿Cuáles son las otras características de una persona con autoestima baja?
Le cuesta aceptar los elogios que recibe, tiene una actitud de desconfianza ante estos mensajes positivos.
En ciertos momentos, se comporta como si buscase la invisibilidad social, es decir, adopta un rol de segundo plano para no llamar la atención de los demás.
Este hecho está provocado por ese miedo al fracaso y ese temor al qué dirán.
La persona insegura y con baja autoestima se comporta como si fuese un personaje antagonista en su propia vida en lugar de ser protagonista en mayúsculas de la película de la existencia en la búsqueda de la felicidad.