Ya pasaron 7 partidos sin triunfos canallas en el Gigante y el equipo, ahora con Cocca, necesita encontrarle la vuelta de una vez a un juego que lo conduzca a buen puerto: hoy en el choque de ida con Aldosivi y el próximo sábado en Mar del Plata.
Es hora de que en Arroyito no falle. Central, obvio. También Diego Cocca, porque aunque este será su segundo partido en el Gigante (dirigió 3 afuera, con 2 derrotas en Copa y el triunfo en La Paternal) arrancó haciendo equilibrio en una soga demasiado tensa desde hace tiempo, de la que ya se cayeron el Patón Bauza y el Loncho Ferrari. Y parecería que mucho no importa qué certamen juegue el canalla, a ninguno le encuentra la vuelta desde que dio la olímpica hace poco más de 4 meses. En el 2019 el equipo desapareció de la Superliga, no engranó en la Libertadores y también hizo un ruido estrepitoso al caerse de la Copa Argentina. Esta noche dará el primer paso en la nueva Copa de la Superliga y lo necesita dar en firme para ir bien parado a Mar del Plata, frente a un Aldosivi bastante irregular pero que dedicado a salvar la categoría hizo buenos números y lo consiguió.
Central tiene que ganar. Es la primera medida, la que más importa, la impostergable para salir de las malas y empezar a creer. El técnico debe encontrar a los jugadores que mejor representen su idea futbolística para este presente de transición hasta que llegue el momento de descarte y recepción de cartas nuevas para la dura temporada 2019/20, que vendrá con la premisa ineludible de no comprometer la estadía en la primera división, a la que pertenece sin lugar a dudas.
No pueden seguir pasando partidos sin que el hincha canalla salga feliz con un triunfo de su casa. Ya se sucedieron 7 cotejos y apenas el conformismo en 2 (1-1 con River y Gremio) de los 4 empates. Una bronca bárbara y lógica por las 3 derrotas y ni hablar de la última en la que Independiente no sólo le dio vuelta el resultado sino que lo dejó sin la chance de jugar el clásico, ese partido que en los últimos tiempos le sienta muy bien a los canallas.
Y por esta última derrota fue que los auriazules finalizaron en el puesto 20 de la Superliga y les tocó Aldosivi como rival. No es de los bravos, pero se sabe que cuando un equipo no viene bien cualquiera le hace frente. La ventaja que puede tomarse para esta noche es que los marplatenses casi no saben lo que es ganar afuera de su ciudad, porque este año perdieron 2 veces y empataron otras 2, e incluso no hicieron goles.
Pero lo trascendente es el ahora de Central. El partido a partido de los hoy dirigidos por Diego Cocca. De las determinaciones del entrenador. No tan entendibles, como la última de no llevar a Brasil a los nombres fuertes del plantel. La derrota con Gremio por 3-1, decorada por el gol de Jonás Aguirre en el cierre, el juego del equipo y la casi eliminación de la Libertadores marcó que se equivocó.
Extraño porque no hacía falta cuidar a esos protagonistas para jugar esta noche una competencia nueva que, como tal, no entusiasma. Tampoco es clave para el futuro, más allá de que el campeón y subcampeón tendrán premio, porque no parece que el canalla se proyecte hasta esa instancia. Tampoco teniendo en cuenta el gran partido que le queda a Central por delante, porque falta mucho, que es el que jugará ante Boca por la Supercopa Argentina el 2 de mayo en Mendoza.
Es cierto que lo fuerte llegará a partir del 10 de mayo, cuando ya esté definido si Central sigue de copas (Libertadores, Sudamericana y la que inicia hoy) o no, cuando el canalla tenga en la mira la Superliga que decidirá su suerte en base al flaquísimo promedio (entre los que descenderían), cuando para ese entonces esté el nuevo plantel con Cocca, o quién sea, al frente como DT.
Y los futbolistas desde hoy tienen entre 5 y 7 partidos (dependerá de eliminar a Aldosivi) para formar parte de lo que vendrá, con mayor tranquilidad si esta noche rompen la mala racha de 7 sin victorias en el Gigante de Arroyito.