Matías Silvestre, de 17 años, fue atacado cerca de su casa la madrugada del sábado. “Fue el Mauricio”, alcanzó a decir antes de morir en un hospital.
El sábado a las 4 de la mañana Matías Silvestre llegó malherido a la casa de su tía, un lugar donde sabía que lo iban a proteger. Un corte en el cuello a la altura de una arteria lo desangraba lentamente. Alcanzó a decir “fue el Mauricio” y un instante después su familia lo llevó al Hospital Alberdi donde murió cerca de las 5. El chico de 17 años vivía en el antiguo barrio que está en Travesía y Reconquista y allí murió, a metros de la avenida. Estudiaba en la escuela Nicasio Oroño y no tenía antecedentes. Momentos después, a las 6 del mismo sábado agentes de la División Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) a cargo del comisario Diego Sánchez, detuvieron a Mauricio M., un adolescente que quedó a disposición del Juzgado de Menores Nº 4.
Matías tocó tres veces el timbre de la casa de su familia y gritó: “¡Abranme!”. Su tía, con temor, abrió y lo vio “tapándose la herida con la gorrita. Cuando empezó a hablar le salió sangre por la boca y la nariz. Mi hija salió a ver qué había pasado y le dijeron que se habían peleado. Matías tenía el celular a la tarde cuando vino a casa a tomar mate, pero después el celular no lo vimos más”.
Conocidos
La víctima logró declarar y balbucear también en el hospital el nombre de quién lo había herido de muerte. “El los conocía a estos pibes pero no se daba mucho. Mati no tenía antecedentes y estudiaba el séptimo grado en la Nicasio Oroño. Además, estudiaba el oficio de herrero en el plan Nueva Oportunidad”, agregó su tía.
Cuando trascendió el nombre del sospechoso, algunos vecinos fueron “corriendo” hasta la subcomisaría 24ª, a unos cien metros de donde fue el hecho, y les dijeron que el sospechoso estaba en Reconquista y Formosa. Junto con Mauricio, de 16 años, también cayeron sus hermanos Darío M., de 39, y Nicolás M., de 28, inicialmente indicados como “partícipes” del crimen. Los tres viven a cinco casas de donde vivía Matías, en el pasaje 705, un corredor a metros de Travesía y Reconquista.
Según trascendió Darío M. tiene antecedentes por robo calificado, resistencia a la autoridad y lesiones. Y Mauricio fue detenido el 6 de mayo de 2017 con un arma blanca en la zona de Sabín y Almafuerte.
Al ser menor de edad las actuaciones pasaron al Juzgado de Menores Nº 4, a cargo en suplencia de Alejandro Cardinale, quien ordenó que una brigada de Homicidios logre los testigos “fehacientes del hecho”. El adolescente será indagado hoy por la mañana.
“Después de las 9 de la noche nadie sale a la puerta. Mas bien nos encerramos. Hay una junta en Reconquista y Formosa que molesta a todo el barrio. Este chico Matías vivió siempre acá, lo conocíamos todos, era un buen pibe”, contó un vecino de la zona.
Lo que arriesgan es que, o bien pretendieron robarle el teléfono celular y él resistió el asalto “a las piñas”, o que hubo alguna discusión por otro tema y fue cuando lo acuchillaron. “La policía encontró las cuchillas ahí por donde viven los M.”, contó otro adolescente del barrio.
Cuando allegados a Matías y vecinos se enteraron de que el joven capturado era menor de edad lo pusieron en duda. “Siempre vivió acá, para mí que tiene como 20 años”, dijo un antiguo vecino de esas tiras de edificios, casi en su totalidad habitados por chaqueños, al que llamaban “de los tobas”.
A dos semanas de las elecciones Paso, en las cinco cuadras del barrio no hay un solo cartel de propaganda política, hasta allí llega el olvido. Según contó la tía del chico muerto, “la madre de Matías vive en Castelli, en Chaco, y él vino acá de chiquito, allá no había nada para comer. Era un chico que quería progresar”.
El sábado por la tarde lo velaron en su casa de pasaje 750 al 1900. Mientras su familia estaba encerrada en la casa y recibiendo amigos se escucharon cuatro tiros. “No nos molestaron, solamente tiraron. ¿Sería para asustarnos?”, se preguntó un allegado a la familia.